Mientras que el número de jugadores que alcanza la Primera División no muestra una tendencia al alza -sufre variaciones propias de la casuística de cada generación pero en ningún caso dibujan una tendencia- los federados en las divisiones inferiores no dejan de crecer año tras año. La cifra de 48 no solo es el número de jugadores nacidos en 1987 que lograron saltar a Primera División sino que también representa el promedio de los futbolistas españoles de cada quinta que han alcanzado la misma meta en los últimos diez años.