El otro, joven y de buen ver -aunque no era el fontanero polaco-, se percató de la historia y se creyó lo que no era. Una gran camiseta, posiblemente opacada por sentir que ya vimos con anterioridad ese león geométrico en todos lados. Ella salió a recibirle tal cual. Ella es así, se puede meter en la piscina con bragas, pero se las quita para andar por casa.