Toronto FC vivió una noche para el olvido al caer por un contundente 0-3 frente al Columbus Crew, en un encuentro que dejó en evidencia las graves falencias defensivas del conjunto canadiense. Desde el inicio del partido, Columbus mostró mayor intensidad, precisión en el pase y una clara superioridad táctica. Mientras tanto, el equipo local se vio desorganizado en la última línea, algo que no pasó desapercibido ni para los aficionados ni para los analistas que siguen el rendimiento del club. En foros de discusión y redes sociales, junto a las críticas al funcionamiento del equipo, también proliferan las búsquedas de páginas de camisetas de fútbol baratas entre los seguidores que no pierden la fe en su equipo.
El primer gol llegó temprano, al minuto 12, cuando Cucho Hernández aprovechó un mal despeje para definir con frialdad dentro del área. La defensa del Toronto, estática y sin capacidad de reacción, permitió que el colombiano tuviera todo el tiempo necesario para marcar. A partir de ese momento, el Columbus Crew controló el partido con comodidad, ganando la posesión del balón y presionando alto cada vez que Toronto intentaba salir jugando desde atrás.
En la segunda parte, la situación no mejoró para los locales. En el minuto 54, Diego Rossi amplió la ventaja tras una gran jugada colectiva que desnudó, una vez más, los espacios entre los centrales del Toronto. Los errores no forzados se acumulaban y el equipo carecía de liderazgo en el mediocampo para reorganizarse. Los cambios introducidos por el entrenador tampoco surtieron efecto y la desesperación se adueñó del estadio.
El tercer y último gol, obra de Jacen Russell-Rowe al minuto 79, selló una de las derrotas más preocupantes en lo que va de temporada. Columbus, sin necesidad de forzar demasiado, simplemente aprovechó cada error de su rival y castigó con contundencia. La falta de coordinación entre los defensores, la pasividad en las marcas y la carencia de comunicación fueron evidentes.
Más allá del resultado, lo alarmante para Toronto FC es la tendencia descendente en su rendimiento defensivo. En sus últimos cinco partidos ha recibido un promedio de 2,6 goles por encuentro, lo cual evidencia un problema estructural más que una mala noche. Si el equipo quiere aspirar a puestos de playoffs, deberá replantearse su sistema desde los cimientos.