El nuevo ciclo comenzó con éxito al consagrase campeón invicto de la Copa Sudamericana, venciendo en la final de vuelta por 2-0 a Atlético Nacional tras empatar previamente en Colombia 1-1. En el mismo torneo eliminó a Boca Juniors en la semifinal, con un global de 1-0 en una llave que quedó marcada por la histórica atajada en un penal de Marcelo Barovero a Emmanuel Giglioti al inicio del encuentro.