Y así fue. Me tocó la china, una señora gordita, ruda y de mal carácter que me asedió a preguntas; dónde vas, de dónde vienes, cuánto tiempo vas a estar en Canadá… Dave, con su pinta de Walker Texas Ranger retirado, relajó la situación un poco más tarde en la furgoneta contándome que cuando era joven, vivía en Beaver Creek, pueblecito situado en plena frontera.