En 1870 hubo una nueva revuelta popular en contra de las levas de soldados para la guerra de Cuba, uno de cuyos principales focos estuvo en la entonces villa de Gracia -hoy un barrio de la ciudad-, que fue bombardeada por el general Gaminde durante cuatro días. Tras conseguir el ascenso, el Celta se enfrentó en esos días a otro reto trascendental para su futuro, la conversión en SAD era necesario para cubrir el capital establecido por el Consejo Superior de Deportes para permanecer en las competiciones profesionales.